Después de un tiempo practicando a conciencia algo nuevo creemos que ya lo logramos. Hacemos una dieta estricta y llegamos al peso ideal, nos esforzamos para dejar el cigarrillo, implementamos con éxito un nuevo proceso o una nueva forma de relacionarnos en el trabajo. Por supuesto, son umbrales importantes, y nos merecemos festejarlos. Sin embargo, los laureles del triunfo se pueden marchitar si no cuidamos esos resultados que con tanto esfuerzo supimos conseguir.