Cuando la solución de conflictos es constante y sistematizada hay dos problemas: no se está haciendo una buena prevención y no queda tiempo para las tareas que verdaderamente importan. Es tiempo de resolver de otra manera.
“Me la paso apagando incendios, salgo de uno y entro a otro todo el tiempo”. ¡Cuántas veces escuché esto en mi consultorio! Es un tema que suele abrumar a las personas en sus trabajos. Y podría no ser un problema si lo dijeran los bomberos que se dedican a eso. Sin embargo, es un problema cuando quienes se quejan -se lamentan, se preocupan- son personas con otros objetivos que cumplir en sus roles laborales y tienen metas para crecer a las que no llegan por quedarse atrapados, heroicamente, en la línea del fuego.