En grupos y comunidades ultraconservadores, ya sean seculares o religiosos de cualquier credo, es mucho más difícil desafiar la palabra del líder.
En estos días nos shockearon las imágenes de una boda judía ortodoxa en la que más de cien personas conversaban, se abrazaban y se besaban sin tapabocas y sin guardar la distancia recomendada.
El evento, ampliamente difundido por los medios, provocó estupor, enojo y hasta indignación.