El regreso a las oficinas será con nuevos protocolos.
Cuando volvamos, cuando se pueda ir a la oficina, cuando ya no tenga que trabajar con los chicos al lado, cuando las comunicaciones no estén interrumpidas ni pixeladas, cuando pase tal cosa, cuando pase tal otra. ¡¿Cuándo?! Mientras tanto, ¿nos vamos a quedar esperando?
El momento es ahora. Ya no podemos seguir hablando de transición, de pausa o paréntesis. Este grado de incertidumbre, esta nube que cubre el presente, es la normalidad, al menos hasta que se demuestre lo contrario. Si aceptamos esto, si lo nombramos así, normalidad, es más probable que podamos dejar de pelear con lo que no se puede, con lo que no está en nuestras manos cambiar, y liberemos esa energía para actuar ahora, enfocados en lo que hay, en lo que tenemos.